Estamos seguras que cuando piensan en la palabra “dieta” la relacionan inmediatamente con algún tipo de restricción, con no comer harinas o no comer dulce, porque esa es la percepción general que tenemos.

Seguramente todas hemos hecho “dietas” para bajar de peso, sabemos de lo que se trata tener una lista inmensa de alimentos prohibidos.  Y no decimos que no funcionen, solo que no dejan los mejores recuerdos. 

Existen riesgos asociados cuando hacemos dietas para bajar de peso sin acompañamiento, por lo general tomamos la decisión de seguirlas basadas en charlas con amigas, revistas, internet o simplemente con lo que creemos debemos eliminar y adicional, consideramos que lo normal es someter el cuerpo a cambios extremos en la alimentación sin entender cómo afectamos nuestra salud.

Varios estudios demuestran que las dietas restrictivas generan cambios físicos y psicológicos que alteran nuestro cuerpo, al punto de sentir irritabilidad, tristeza, dolores de cabeza, apatía, cansancio y cambios en el sueño.

Mantener esta dinámica de restricción en la cantidad y variedad de alimentos aumenta el riesgo de comer descontroladamente cantidades muy superiores a lo que realmente necesitamos, llegando incluso a hacernos daño y empezamos a ver la comida como un enemigo con el cual empezamos una guerra que pareciera no tener fin.

La palabra dieta ha sido distorsionada. Mantener una dieta es hablar de cómo nos alimentamos, qué tipo de alimentos consumimos, como los preparamos, a qué hora los comemos, como los combinamos, incluso de cómo es nuestra relación con cada comida.  Este sería el verdadero significado de esta palabra.

Existen varios tipos de dieta, cada una con unas consideraciones especiales, les mencionamos algunas como referencia: vegetariana, vegana, flexitariana, omnívora, carnívora y las que son recomendadas médicamente por alguna enfermedad.

Mantener una alimentación balanceada está directamente relacionado con los buenos hábitos alimenticios, ayuda a mejorar la calidad de vida y a prevenir problemas de salud. Debemos comprender el rol positivo fundamental de la comida en nuestra vida. Es fuente de energía, comunicación y placer.

Estamos convencidas que las restricciones no son el camino, nuestra invitación es aprender a comer, aprender a escuchar tu cuerpo y tomar decisiones duraderas. Comer rico y disfrutar los alimentos, tiene un impacto positivo increíble que nos permite disfrutar la vida en toda su plenitud.